El plan estatal de salud para funcionarios públicos está en bancarrota y se quedará sin efectivo este verano si no recibe un rescate, dijo ayer su director de administración y finanzas.
Mario Zenteno Santaella, del ISSSTE, advirtió que la agencia necesitaría una inyección de efectivo para julio para seguir funcionando.
Dijo a la Comisión de Salud del Senado que hubo un aumento del 128% en los pasivos del ISSSTE el año pasado a 18.900 millones de pesos (1.000 millones de dólares), en comparación con 8.300 millones de pesos (439 millones de dólares) en 2017.
Zenteno culpó del problema a los anteriores gobiernos «neoliberales», acusándolos de abandonar y desmantelar los servicios de salud. Dijo que los pasivos totalizaron un promedio de 6.000 millones de pesos cada año entre 2012 y 2017, antes de dispararse el año pasado a casi 19.000 millones de pesos.
Insinuó que el enorme aumento estaba relacionado con el hecho de que 2018 era un año de elecciones presidenciales.
«Hay responsables[de esta situación], y los revelaremos a su debido tiempo.»
El director continuó describiendo un panorama general de la corrupción generalizada, que, según él mismo admitió, aún no ha sido erradicada por completo. Reveló que bajo gobiernos anteriores, los cargos de directores en el instituto se utilizaban como pago a los candidatos a gobernador y alcalde que perdían.
Zenteno dijo que otra enorme pérdida en las finanzas del instituto fue un contrato anual de 13.400 millones de pesos firmado con el proveedor de distribución médica SILODISA, que proporciona servicios caros que el ISSTE podría ser capaz de llevar a cabo internamente.
También mencionó las irregularidades en los precios que el instituto paga por los suministros debido a la colusión generalizada en la privatización y descentralización de los servicios. Por ejemplo, un antibiótico antifúngico cuesta 640 pesos en el hospital 20 de Noviembre, pero en realidad se puede comprar por 208 pesos.
Zenteno también dijo que el ISSTE debe dinero a los empleados.
«Espero que cuando nos volvamos a ver en octubre podamos mostrarles claramente cómo hemos avanzado, pero reitero que el instituto está en bancarrota – y no somos magos.»
Al preguntársele sobre la situación en la conferencia de prensa presidencial de esta mañana, el presidente López Obrador dijo que los problemas no eran insuperables.
«No hay crisis que no se pueda resolver.»
Dijo que «vamos a avanzar porque[ahora] hay disciplina en la gestión del presupuesto, no hay corrupción, no hay gastos superfluos, no hay lujos en el gobierno». Estamos recibiendo más que el año pasado».
El presidente también logró una excavación en uno de sus sucesores, culpando al ex presidente Vicente Fox por amnistías fiscales que costaron «miles de millones de pesos».
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