Residentes de un pueblo de Guerrero detuvieron esta semana a 40 soldados para exigirles que detengan las operaciones de destrucción de amapolas de opio.
El miércoles, los residentes de Campo Morado, una comunidad del municipio de Heliodoro Castillo, levantaron una barricada para impedir que los soldados -presuntamente desplegados para destruir plantas de amapola- abandonaran la región de la Sierra Alta.
Los agricultores pidieron al gobierno federal y a los gobiernos estatales que presten asistencia para que los agricultores locales no se vean obligados a cultivar amapolas para sobrevivir.
Ayer se permitió a los soldados abandonar la región de la Sierra Alta.
El portavoz de la Seguridad del Estado, Roberto Álvarez Heredia, negó que los soldados estuvieran realmente detenidos, explicando que los residentes simplemente «aprovecharon su presencia para hacerles saber sus preocupaciones».
El gobierno de Guerrero dijo ayer que funcionarios de varios departamentos y personal militar se habían reunido con representantes de varias comunidades en Heliodoro Castillo.
Se firmaron acuerdos preliminares que requieren que el estado brinde apoyo a las comunidades, así como maquinaria para llevar a cabo las obras viales.
Se ha programado otra reunión para el 25 de abril en la capital del estado, Chilpancingo.
Los agricultores afirman que el gobierno del estado prometió el pasado mes de noviembre que los cultivos ilícitos no serían destruidos y que se proporcionarían medios alternativos de apoyo. Ninguna de las dos promesas se cumplió, dicen.
Los precios de la goma de opio mexicana cayeron hasta un 80% el año pasado debido al aumento de la demanda de fentanilo opioide sintético entre los consumidores de drogas de los Estados Unidos, según un estudio independiente.
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