Vendedor ambulante de Oaxaca reemplaza la espuma de poliestireno con hojas de maíz y las ventas están en alza

Cualquier persona que ansíe un bocadillo sabroso servido por un vendedor con conciencia ambiental debe buscar «El Chuy» en el centro de la ciudad de Oaxaca.

Jesús Alvarado Carrera, más conocido por su apodo, vende elotes (maíz en mazorca) y esquites (granos de maíz cocidos en mantequilla y cubiertos con mayonesa, chile y jugo de limón) en el zócalo, o plaza central, de la capital del estado del sur.

A diferencia de la mayoría de los vendedores, Alvarado ya no sirve sus esquites en tazas de espuma de poliestireno sino en hojas de maíz.

Originario de Huautla de Jiménez, El Chuy dijo al diario El Universal que comenzó a usar hojas de maíz el pasado mes de mayo, explicando que estaba motivado para hacerlo porque había oído hablar mucho de los daños que la contaminación causa «a los mares, a los animales marinos y a los ecosistemas».

Alvarado dijo que su decisión ambientalmente consciente crea más trabajo para sí mismo porque tiene que levantarse temprano en la mañana para cortar y limpiar las hojas de maíz.

Pero ha valido la pena: además de ayudar al medio ambiente, el sustituto de espuma de poliestireno ha demostrado ser popular entre los clientes de El Chuy.

«La gente dice que los esquites saben mejor que con espuma de poliestireno. Las cáscaras de maíz son muy limpias y liberan un sabor muy dulce», dijo Alvarado.

Sus ventas también han mejorado y a pesar del trabajo extra que realiza, El Chuy sigue vendiendo una porción de esquites al mismo precio de siempre de 20 pesos (US $1).

Pocos o ningún otro vendedor en Oaxaca vende esquites de hojas de maíz, pero pronto se verán obligados a seguir el ejemplo de Alvarado.

En septiembre del año pasado, el gobierno municipal prohibió a las empresas que venden alimentos el uso de espuma de poliestireno y plástico, pero la mayoría de los vendedores ambulantes ignoraron la prohibición y, según El Chuy, las autoridades han hecho poco para hacerla cumplir.

Sin embargo, eso podría cambiar porque hace dos semanas el Congreso del estado de Oaxaca aprobó una ley que prohíbe la venta, distribución y uso de todos los productos desechables hechos de espuma de poliestireno y plástico.

Las autoridades municipales disponen de un plazo de seis meses para velar por el cumplimiento de la ley y establecer sanciones en caso de incumplimiento.

No habrá quejas de El Chuy, quien ha estado vendiendo sus bocadillos en el centro de Oaxaca durante los últimos 15 años.

“. . . Tenemos que crear conciencia[sobre el medio ambiente] entre nosotros… el planeta no puede esperar más».

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