México sufrió otro golpe de calificación hoy: Fitch Ratings rebajó la calificación de Pemex a «basura», reduciendo su calificación crediticia de grado de inversión a especulativa con una perspectiva negativa.
La nueva calificación de BB+, por debajo de BBB-, sigue a la rebaja de la deuda soberana de México de BBB+ a BBB.
«Aunque Pemex ha implementado algunas medidas de reducción de costos y ha recibido recortes tributarios moderados de México, la compañía sigue invirtiendo muy poco en su negocio de exploración y producción, lo que podría llevar a una mayor disminución de la producción y las reservas», dijo Fitch en un comunicado.
«El altísimo nivel de transferencias de Pemex al gobierno mexicano continúa presionando significativamente la generación de flujo de caja y la capacidad de reinversión de Pemex y debilita su perfil crediticio independiente», agregó.
La rebaja había sido anticipada por algunos inversores, pero quizás no tan pronto.
Reuters informó hoy que los inversionistas de seis de los administradores de activos más grandes del mundo, todos los cuales poseen bonos de Pemex, esperaban que fueran rebajados a la categoría de «basura» en cuestión de meses.
Si una de las otras dos agencias calificadoras sigue el ejemplo de Fitch -Moody’s actualmente califica los bonos a un nivel superior al de los bonos basura-, los inversores que están obligados a mantener bonos de grado de inversión los venderían por un valor de hasta 16.000 millones de dólares.
Reuters dijo que si eso sucediera, Pemex se convertiría en el mayor ángel caído -un prestatario que desciende de grado de inversión a basura- de la historia.
También causaría estragos en los ambiciosos planes de gasto social del presidente López Obrador, ya que el gobierno se vería obligado a hacer recortes en el gasto.
Alfonso Romo, jefe de gabinete del presidente, dijo hoy que el gobierno tendría que trabajar duro para recuperar la confianza de las agencias de calificación. El trabajo ahora será aún más duro.
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